martes, 20 de marzo de 2007

El Lado Oscuro de la Luna iluminó Lima un Lunes por la noche

Eran casi las 7.40 y llegué a la casa de mi primo Alex para de ahi irnos a uno de los concierto más esperados por muchos peruanos (Roger Waters en Lima 12/03/07). me recibió con la musica de The Wall, luego de un rato salimos un poco apurados debido que no nos habíamos percatado que a las 8 pm el tráfico es incontrolable en Lima, y efectivamente así fue.
Siendo las 8.55 estabamos un poco desesperados porque aún seguíamos en el taxi y también rogando a que Waters no siga la puntualidad de todo típico Inglés, pero lamentablemete para los tardones y afortunadamente para los puntuales el concierto empezó a las 9.00:00, así que nos perdimos las primeras 2 canciones (In the Flesh, Mother), cosa imperdonable.
Llegamos en el momento en que empezaba Shine on you crazy diamond y inmediantamente nos introdujimos en el mundo creado por la música de Pink FLoyd.
Sin embargo, debido a que escucho hace un poco más de un año a este fantástico grupo, sentí algún tipo de envidia sana de los realmente fans que sin lugar a dudas pasaron algunas de las mejores horas de su vida durante esa noche (y tal vez, en algunos, casos las mejores 3 horas de todas), pues la música, los efectos, el sonido (que venía desde los cuatro costados), el fuego, el Cerdo (llamado Algie que tenía varios mensajes escritos sobre él, entre los cuales destacaba uno que estaba en contra de la discriminación entre los peruanos), las luces, el prisma gigante, el arco iris rectilíneo, fue realmente increíble.






Fue un buen premio para los peruanos que escuchan a Pink Floyd desde hace poco y el mejor premio para aquellos que los escuchan hace varios años. Realmente sobrecojedor, imperdible y (repito) increíble.

Al terminar el concierto las expresiónes de felicidad se interconectaban entre casi 16 mil peruanos que en muchos casos pensaron que estuvieron en un largo sueño de casi tres horas, del cual no querían despertar jamás, pero todo tiene su final, hasta los sueños.

Dificilmente vuelva a venir Roger Waters al Perú (ójala me equivoque), pero espero que este concierto despierte el interés de más empresarios en traer a otros artistas de gran trayectoria, y de esta manera seguir haciendo realidad los sueños de más peruanos.
Fuente de las fotos: El Comercio, Terra.

domingo, 4 de marzo de 2007

Día de Clásico

No es la primera vez que voy al Estadio a alentar a Alianza Lima o a la Selección Peruana, pero la noche del Sábado creo que fue un poco especial, porque me di cuenta que la pasión que nos envuelve en el momento de cruzar la puerta, desde la cual se puede ver el verde cesped (lamentablemente aún artificial) y escuchar los primeros cánticos de las hinchadas (que no les importó ir con media hora de anticipación al estadio y, ni les va a importar gastar sus gargantas hasta la afonía por las siguientes dos horas), es casi inigualable.
Es realmente increible como personas de todos los estratos sociales, de los pensamientos más antagónicos pueden confluir en un sólo objetivo: alentar a su equipo y maldecir al rival (porque siempre hay un contrario), esta meta se mantiene latente durante dos horas que, para los relojes de un hincha pueden parecer simplemente unos pocos minutos (dependiendo de la versatilidad del encuentro).
Es muy cierto que el futbol peruano en la actulidad es totalmente intracendente en el plano internacional, sin embargo, para la vibra y la pasión que se siente dentro del estadio es plenamente intracendente la situación de nuestro futbol fuera de las fronteras.
Derrepente si se está sentado frente a una televisión y se es exigente con ver buen futbol, puedas cambiar algunas veces para ver otros partidos o simplemente ver otra cosa, pero dentro del estadio la televisión no existe, los mejores partidos no existen, las otras cosas no existen; sólo existe el balón.
Por lo tanto, sería muy triste menguar o (en el peor de los casos) perder esta sensación de apoyar a ciegas a tu equipo; a pesar de saber que no son buenos, ni que van a ir a un mundial o campeonar una copa internacional; sin embargo, durante dos horas nos damos cuenta que dentras de las olas y los cánticos más apasionantes está la idea (temporal) que tu equipo es el mejor del mundo.