martes, 29 de enero de 2008

¿Vale la pena soñar?

Hace algunos días vi un programa en People and Arts que consistía en construir o reconstruir una casa donde una familia gringa pueda vivir como siempre lo habían soñado.
Por ejemplo: en este capítulo pusieron un tipo especial de aspiradoras que mantenían super limpio el aire librándolo de polvo e impurezas, ésto se debió a que la niña de la familia sufría una enfermedad muy delicada por lo que necesitaba un ambiente limpio; pasando a la madre y al hermano, ambos tenían todos los accesorios que encajaban con sus personalidades (cortinas de avión y una cabina de piloto en el cuarto del que siempre quiso ser piloto; y un baño de reina para la que siempre quiso ser reina).


Bueno en realidad, lo que me gustaría comentar esta vez es la política o línea que siguen los auspiciadores de programas que ayudan alcanzar los sueños de las personas (el ejemplo más cercano de la tv. local es "Vale la pena soñar"). Como todos sabemos los programas de televisión, en su gran mayoría, son creados para crear dinero, producen cosas que a la audencia le gusta ver y de esta manera conseguir auspiciadores que paguen los sueldos de todos los que están al frente y detrás de las cámaras. No cuestiono para nada el negocio de la televisión, puesto que por último es un grupo de individuos que se gana la vida haciendo lo que les gusta sin hacer daño a nadie, pero a los que si veo con un poco de desprecio son los auspiciadores de los programas que ganan dinero a costa de exhibir el camino, en el cual una o varias personas pasan de una situación penosa a una situación afortunada.


¿Por qué se tiene que exhibir estas cosas? sin en verdad los auspiciadores (quienes son los que ponen todo el dinero para transformar la vida de estas personas) quisieran ayudar, simplemente lo harían donando el dinero a las personas que lo necesiten sin acudir a las cámaras ni a los comerciales y, no buscarían ganar dinero con las emociones de las personas (porque como bien se sabe, ver a una persona llorar de tristeza o de felicidad, vende), no gastarían en hacer castings para elegir la situación más lamentable o miserable y, no buscarían frases que dijieran: "Este sueño llega gracias a Proctel and Gamble".
Tal vez esta acción de capitalizar algunas de nuestras reacciones emocionales sea una demostración de lo transtornada que está nuestra sociedad.

martes, 8 de enero de 2008

Oh, by the way which one´s Pink?


Era ya de noche, un frío Enero en Vermont, una de los 28 personas con las que viví durante 3 meses nos dijo a los que estábamos en la sala viendo la aburrida tele gringa, que se había comprado una película clásica: El Mago de Oz, pero en lugar de tener las voces de los personajes, tenía de fondo el Dark Side of the Moon de Pink Floyd (Dark Side of The Rainbow). Para ser sincero fue la primera vez que le tomé importancia a ese grupo, había escuchado ese nombre cientos de veces, pero nunca me interesó escuchar sus discos.

Las imágenes y la música durante los primeros 43 minutos se sincronizan de una manera formidable, pero lo que me gustaría comentar esta vez es la curiosa forma de como (sin querer) me presentaron a esta buenísima banda... Después de unos días fui con unos amigos a Boston a pasear por un par de días y al entrar a una tienda de discos vi ese fondo negro con un prisma de 3 puntas del cual florecía un arco iris y, sin pensarlo 2 veces lo compre.

Bueno lo que siguió es algo más cercano a lo normal de empezar a escuchar una banda (bajar las canciones y si te gustan, bajar más canciones), después de algunos años ya tenía unos cuantos discos y una simple pregunta ¿por qué no me interesé en escuchar esta fantástica banda antes?.....bueno a veces las cosas llegan así, sin llamarlas. De haber estado esa noche de Enero durmiendo o comiendo, y no en la sala viendo esa película, probablemente hasta ahora seguiría pensando que Pink Floyd es el nombre de una banda setentera más, y me hubiera perdido un viaje a través del surrealismo musical que envuelve el universo de Waters, Gilmour, Wright y Mason.


P.d. (Aunque suene extraño) La la frase que da nombre a este post y que está incluida en la letra de "Have a cigar" es una pregunta real hecha por un ejecutivo de la disquera EMI a la banda.

jueves, 3 de enero de 2008

La Navidad y El Año Nuevo ya no son los mismos... todos cambian.

Y así, sin preguntarnos dos veces, se fue el 2007 y creo que no soy el único que notó la rapides con la cual se movió este año, no sé si con la edad las personas dejan de percibir los segundos y un día se despiertan y notan que se empiezan a vender panetones, juguetes, papel de regalo, etc.
Notan como las ventanas y los árboles se iluminan y brotan estruendas melodías que llegan a ser antipaticamente repetitivas. Notan que se introducen temas de conversación que se refieren casi en su totalidad a los planes para la celebración del año nuevo... en ese momento se dan cuenta que otro año ha pasado, que necesitan recordar que al escribir la fecha el 07 ahora es 08.

De hecho que estas Fiestas son muy importantes para mucha gente, sobre todo los niños a los cuales sus padres pueden darles muchos regalos, y las tiendas en las cuales los padres compran esos regalos, pero para las personas como yo que no trabajan en nada relacionado en compras y ventas, la Navidad puede llegar a reducirse a un día en el que se come arto, super rico y en el que se pasa un buen rato con la familia.

Pero el Año Nuevo sinceramente para mi ya no tiene el valor de antes, y esto lo digo sin menguar el ánimo de todos los juergueros, supersticiosos, receptores y emisores de las supuestas energías positivas que trae consigo el fin del 31 de Diciembre... sino lo digo porque esta fecha me recuerda el día que debí pasar esta celebración con la persona que me dijo que la pase con ella porque podría ser su último Año Nuevo.

Tal vez esta sea la razón por la cual, prefiero tomar esta fiesta como una fiesta más o un viaje más y, más bien pensar que a todos nos queda un año menos de vida, y por lo tanto tratar de vivir el presente al máximo sin pensar en el pasado y sin pensar mucho en el futuro (aunque a veces es inevitable) y tratar de tocar un poco el instinto animal, el cual Borges describe de la mejor manera diciendo; "mientras el hombre vive en la sucesión del tiempo, el mágico animal en la actualidad, en la eternidad del instante" ( Tomado del cuento "El Sur" en: Ficciones).