Lo primero que aprendí en fue lo importante que es la Navidad en Noruega, puesto que ésta se celebra desde antes que el cristianismo llegara a Escandinavia, era una celebración que traía buenos ánimos para sobrellevar los crudos inviernos nórdicos. El nombre de esta celebración era Jul, término que es usado hasta ahora como sinónimo de Navidad.
Nuestra primera tarea fue buscar el árbol navideño, entonces fuimos al otro lado del lago a donde llegamos en pequeños trineos jalados por un tractor, fue muy divertido... Después de casi una hora encontramos un árbol que cumplía con las altas exigencias estéticas de Signe, entonces Olav (el hermano de Signe) lo cortó y lo llevamos.
Ya era 23 y la navidad estaba más cerca, su calor hacía imperceptible los -9° que hacían afuera de las casa. Miraba como Signe hacía las tortas navideñas y luego la ayudé a hacer otras cosas en la casa, todos hacíamos cosas, porque es navidad y todo se hace en familia.
En noche buena la comida estuvo deliciosa la acompañamos con cerveza casera preparada por el papá de Signe (super buena!), coñac y aquavit. Todos comimos mucho y abrimos muchos regalos, el cielo estuvo despejado y bajo la constelación de la Osa Mayor la navidad ya estaba entre nosotros.
Al día siguiente fui invitado a una fiesta navideña en donde se reunían muchos mienbros de la familia Vinje, comí más tortas y bailé junto a la familia canciones tradicionales alrededor del árbol de navidad, todos estaban alegres sobre todo los niños, fue muy divertido.
Así llegó el 26 día en el que tenía que volver a Bergen. Regresé sintiendo muchas cosas que se conjugaban en una sola palabra: Agradecimiento.
Signe, su hermano y sus encantadores padres fueron muy generosos y amables conmigo, me hicieron sentir parte de su familia, lo cual es lo único que creo que importa en Navidad, sentirse en familia.
Ya era 23 y la navidad estaba más cerca, su calor hacía imperceptible los -9° que hacían afuera de las casa. Miraba como Signe hacía las tortas navideñas y luego la ayudé a hacer otras cosas en la casa, todos hacíamos cosas, porque es navidad y todo se hace en familia.
En noche buena la comida estuvo deliciosa la acompañamos con cerveza casera preparada por el papá de Signe (super buena!), coñac y aquavit. Todos comimos mucho y abrimos muchos regalos, el cielo estuvo despejado y bajo la constelación de la Osa Mayor la navidad ya estaba entre nosotros.
Al día siguiente fui invitado a una fiesta navideña en donde se reunían muchos mienbros de la familia Vinje, comí más tortas y bailé junto a la familia canciones tradicionales alrededor del árbol de navidad, todos estaban alegres sobre todo los niños, fue muy divertido.
Así llegó el 26 día en el que tenía que volver a Bergen. Regresé sintiendo muchas cosas que se conjugaban en una sola palabra: Agradecimiento.
Signe, su hermano y sus encantadores padres fueron muy generosos y amables conmigo, me hicieron sentir parte de su familia, lo cual es lo único que creo que importa en Navidad, sentirse en familia.
1 comentario:
Qué buena Navidad. Eso es lo mejor. Mucha gente se ha olvidado que la Navidad es más que unos regalos adornando el pie del árbol navideño. Estás lejos de casa, pero creo que esta Navidad estuvo cercana a sentirse como tuya. Bien por eso, imb. Un abrazo a la distancia.
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